El 22 de octubre de 1814 se promulga en Apatzingán, Michoacán, el Decreto Constitucional para la libertad de la América Mexicana, también conocido como la Constitución de Apatzingán promulgada por el Congreso del Anáhuac.
En noviembre de 1813, el congreso de Chilpancingo proclamó la independencia de la Nueva España. Por tal razón, José María Morelos preparó su campaña militar para capturar Valladolid y, otorgar una sede al Congreso que expediría una carta constitutiva de la nueva nación.
La campaña fue adversa para las fuerzas insurgentes, por lo cual los integrantes del Congreso, asediado por las tropas españolas, se desplazaron a Apatzingán. En este sitio se concluyó la redacción de la Constitución, donde se recogieron las ideas progresistas de las constituciones francesas de 1791, 1793 y 1795; la Constitución de Massachusetts de 1780, la Constitución de Cádiz de 1812. Con base en ellos, José María Morelos, López Rayón, Carlos María de Bustamante, Andrés Quintana Roo, José Sotero Castañeda, Sixto Verduzco y Manuel Alderete y Soria, adaptaron y pensaron su posible aplicación a las particularidades del territorio.
La Carta Magna fue expedida en Apatzingán el 22 de octubre de 1814. El documento estaba compuesto de 242 artículos divididos en dos apartados: principios o elementos constitucionales y forma de gobierno. Respecto al primer punto se establecía que el poder legislativo, ejecutivo y judicial no debían ejercerse por una sola persona. También se resaltó el derecho a la ciudadanía a las personas que nacieran en la nueva nación y, por lo tanto, la ley era igual para todos.
Además, se proponía de un Gobierno Supremo compuesto por 3 personas, José María Cos, José María Liceaga y José María Morelos, en igualdad de autoridad y responsabilidades con una alternancia de cada cuatro meses. El objetivo era garantizar la protección de los derechos de libertad, propiedad, igualdad y seguridad. Ante ello, se expresaba explícitamente la independencia absoluta en relación con España, ya que no reconocía a Fernando VII como soberano.
La difusión impresa de la Constitución de Apatzingán causó malestar entre los realistas. Así que, el virrey, José María Calleja, ordenó que fueran quemados los ejemplares recogidos, acusados de traición sus poseedores y anatemizados quienes lo acatasen.
Después de su promulgación, el 22 de diciembre de 1815, José María Morelos y Pavón fue capturado y fusilado en san Cristóbal, Ecatepec. De esa forma las tropas realistas tomaron nuevamente el control de todo el país. Posteriormente no se pudo impedir que se consumara su independencia, primero bajo el nombre de Imperio Mexicano y, posteriormente, como los Estados Unidos Mexicanos.
Aunque la Constitución nunca fue aplicada debido a los tiempos difíciles en que fue redactada; representó uno de los puntos de partida y fuente de inspiración para la redacción de la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824.
El jurista Mario de la Cueva, consideró que este decreto fue la “primera manifestación de fe constitucional de la Nación. Los redactores del texto no sólo proyectaron una nueva manera de organizar la sociedad, sino que entendieron la importancia del reconocimiento de los derechos humanos como “fundamentos de la felicidad del pueblo y de cada ciudadano”.
En la actualidad, el 22 de octubre de cada año, el Pleno del Congreso del estado de Michoacán se traslada a la Ciudad de Apatzingán, a fin de conmemorar en sesión solemne tan memorable suceso, el Aniversario de la Sanción del Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana.